Stan Van Steendam desafía nuestras ideas de tradición y modernidad. Refleja la intimidad que existe entre el artista y su oficio, sus materiales y las emociones y sensaciones que se plasman en sus meditadas creaciones.
Su práctica pretende deconstruir la materialidad de la pintura, que explora a través de un proceso de estratificación de pigmentos crudos, yeso y otras materias como ceniza, tierra y polvo. Al querer estar cerca de sus materiales y controlar sus huellas y movimientos, trabaja principalmente con las manos desnudas. Con la elevación del proceso creativo en sus piezas y al trabajar con su cuerpo para tratar el material de forma escultórica, está cuestionando las nociones de los límites de la pintura, y de la escultura y de nuestras preconcepciones del arte. Esta actitud le permite proponer nuevos enfoques de la tradición y hace que su obra coexista con la historia de una manera tan reflexiva como homenajeada. Van Steendam, que vive y trabaja entre Bruselas y Portugal, se inspira en la pintura clásica y en la obra de otros artistas, pero también en los lugares donde reside y en la naturaleza, en los lagos, el agua, los alcornoques y las carreteras polvorienta.